Hace unos días comentaba un curioso suceso con una máquina expendedora de la uc3m y unos sandwiches empaquetados.
Pues bien, hoy he comprobado personalmente un aspecto sobre ellas.
Como cada tarde me dispuse a hacer mi descanso en el estudio bibliotecario, y me entró un poco de gusa.
Opté por un sandwich de estos, metí el dinero y ... ¡¡NOOOO!! Se quedó enganchado. Acto seguido y en cuestión de milisegundos, empezé a pensar como reventar la máquina a patadas, pero vi que la máquina volvía a dar otra vuelta al soporte dejando caer el sandwich que iba detrás. ¡Aleluya!¡No me quedo sin merienda!
Por lo que ha deducido nuestro equipo de expertos, formado por un estudiante de los que usan tapones y otro de los que llevan iPod de 1 gr. y cascos de 1 Kilo, la máquina tiene un detector (infrarrojos o de peso o yo que leches sé, soy un teleco) que le dice a la máquina si ha caído el consumible o no.
Si no lo hace vuelve a dar otra vueltecita al "muelle tocho" ese. Es decir, un if-else de manual (joder que puto friki me estoy volviendo).
Seguramente eso le pasó a la víctima del artículo anterior, pero con la mala suerte que el segundo también se quedó.
¡Que cosas, oye!
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