29 junio 2011

Tutorías

Hoy, con este calor, y pudiendo estar dandome un bañito en la piscina, he tenido que ir a una tutoría de cara a un examen inminente. Acabo el día 4 de Julio... ¡en Julio!, por Dios bendito, yo creo que eso es ilegal ¿eh? En fin, a lo que iba.

Las tutorías son una situación extraña. Te adentras en el territorio del profesor, en uno de esos pasillos llenos de despachos, es como si entrases a su segunda casa allí en la Uc3m, ves sus libros, su diploma de superdoctormegaimportante, sus fotos y demás.

Te das cuenta de que, en distancias cortas, cambia tu perspectiva del profesor. Se han dado casos de profes horribles dando clase, pero que luego en las tutorías te sorprenden, y viceversa.

Aún recuerdo, cuando era un novatillo, recién llegado a esta nuestra universidad, y fui a mi primera tutoría, solo ante el peligro. Durante el desarrollo de ella, el profesor me dijo "Vete pensando este ejercicio, que voy a lavarme los dientes", cogió su cepillo y se fue.
Me quedé en el despacho, solo y con cara de WTF!?. Esa experiencia me marcó, en cuanto a higiene bucodental se refiere.

Al finalizar la tutoría pueden ocurrir dos cosas: que hayas aprendido algo, o que hayas aprendido que no has estudiado una mierda y que estas jodido.

Para acabar el post, una alusión al tema de hoy, en esta gran serie de animación:

3 comentarios:

  1. Yo debo decir que una de las amistades que más aprecio durante mi carrera universitaria surgió con la profesora que me dio las primeras tutorías de la carrera. Pasaron los años, estuve en una beca en su departamento... y ahora ya somos compañeras de cerveza. De manera que no sólo pueden pasar dos cosas :)

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  2. @Riva bolleras, bolleras everywhere

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  3. Yo debo decir q me encontre a un profesor en el
    Supermercado de cadiz y me saludo se
    Paro a hablar conmigo y a preguntarme pirque habia suspendido. Un gran tipo sin duda...aunque entre dodotis y leche no creo q cuente como tutoria...

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